La Legislatura Municipal de San Juan, aprobó una resolución que busca el que los gobiernos de los países que componen la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI) fomenten, garanticen y promuevan legislación necesaria dirigida a desarrollar iniciativas para proteger a los países y ciudades que la componen, de los efectos del cambio climático, y para impulsar acciones dirigidas a que los Estados Unidos se comprometa de igual forma con el presente esfuerzo y se una nuevamente al acuerdo de París.
En Puerto Rico se han llevado a cabo varios estudios e iniciativas con el propósito de conocer los cambios climáticos existentes y sugerir formas para contrarrestar los mismos. Como cuestión de hecho, en noviembre de 2010 se constituyó el consejo del cambio climático en Puerto Rico, con el objetivo de evaluar nuestra vulnerabilidad ante estos retos y recomendar estrategias de respuesta a los cambios.
Según la guía “Ruta hacia la resiliencia: guía de estrategias para la adaptación al cambio climático en Puerto Rico”, en Puerto Rico las temperaturas están aumentando, los patrones de precipitación están cambiando, los océanos continúan almacenando calor y se acidifican, y el nivel del mar incrementa. De otra parte, las condiciones del tiempo y el clima continúan cambiando a ritmos sin precedentes y se prevé que esta tendencia continuará por largo tiempo. Se proyecta, además, que estos cambios acelerarán la frecuencia e intensidad de eventos extremos. Todos los cambios mencionados, repercuten en la disponibilidad de los alimentos que consumimos y en la salud de las personas.
A nivel internacional, el primer reconocimiento de los efectos del cambio climático y la necesidad de tomar medidas se produjo en 1992 con la aprobación de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Posteriormente, en 1997 se firmó el Protocolo de Kioto, con el propósito de limitar el aumento y lograr una estabilización de las concentraciones de gases de efecto de invernadero en la atmósfera. El Protocolo de Kioto dispone la celebración de conferencias anuales para establecer las guías que deben regir la política pública para lograr la reducción de la emisión de gases de efecto de invernadero y desarrollar estrategias de adaptación en las zonas más susceptibles al impacto del cambio climático.
De otra parte, en diciembre de 2015, se firmó el Acuerdo de París. Prácticamente todos los países del mundo, 195 en total, se sumaron al primer pacto global para reducir las emisiones de gases de efecto de invernadero, que contribuyen a aumentar la temperatura global. Se trató de un logro diplomático histórico. Sin embargo, Siria, Nicaragua y recientemente Estados Unidos, no son parte. A diferencia del Protocolo de Kioto, el Acuerdo de Paris no es vinculante; así, los países pueden cambiar sus planes según la situación interna.
La Resolución expone que, el cambio climático afecta la cultura, la forma de vida, el ambiente, la biodiversidad, el modelo económico, la movilidad, el comercio, la alimentación, el acceso al agua y recursos naturales, la infraestructura y la salud. No se trata únicamente de un fenómeno ambiental, sino de profundas consecuencias económicas y sociales, donde los países más pobres, que no están preparados para enfrentar los cambios rápidos, son los que sufren las peores consecuencias. Se anticipa la extinción de animales y plantas, ya que los hábitats cambiarán tan rápido que muchas especies no podrán adaptarse a tiempo. Además, la Organización Mundial de la Salud ha advertido que la salud de millones de personas podría verse amenazada por el aumento de la malaria, la desnutrición y las enfermedades transmitidas por el agua.
El Municipio Autónomo de San Juan, Ciudad Capital de Puerto Rico, así como la Legislatura Municipal de San Juan están comprometidos con el presente esfuerzo y con iniciativas que redunden en la protección del ambiente y que eviten las consecuencias del cambio climático. Esta resolución comenzó a regir inmediatamente después de aprobada.